La mejor receta para plastilina casera: fácil y blandita

La mejor receta para plastilina casera: fácil y blandita

La plastilina casera es una alternativa divertida, segura y económica a las opciones comerciales que se pueden encontrar en las tiendas. Hacer plastilina en casa no solo es una actividad creativa y educativa en sí misma, sino que también ofrece la tranquilidad de saber exactamente qué ingredientes están siendo utilizados, especialmente cuando los más pequeños tienden a explorar el mundo con todos sus sentidos, incluida la boca. Al preparar plastilina casera, puedes asegurarte de que los materiales sean completamente no tóxicos y comestibles, utilizando ingredientes simples y seguros como harina, sal y agua, entre otros. Esto elimina el riesgo asociado con las plastilinas comerciales, que pueden contener sustancias químicas no aptas para el consumo.

Además de la seguridad, la plastilina casera ofrece numerosos beneficios para el desarrollo infantil. Jugar con plastilina estimula la creatividad y la imaginación, ya que permite a los niños y niñas moldear y crear formas, figuras y estructuras según su imaginación. Este tipo de juego también es excelente para el desarrollo de la motricidad fina. Manipular la plastilina, aplastarla, estirarla y darle forma ayuda a fortalecer los músculos de las manos y los dedos, habilidades esenciales para actividades como la escritura y el uso de herramientas. Asimismo, la plastilina proporciona una maravillosa experiencia sensorial, ayudando a los niños a explorar diferentes texturas y desarrollar su percepción táctil.

Ingredientes y Preparación de Plastilina Casera

Para hacer plastilina casera, necesitarás los siguientes ingredientes:

• 3/4 de taza de agua
• 3 cucharadas de zumo de limón (o vinagre)
• 1 cucharada de aceite vegetal
• 1 taza de harina
• 1/4 de taza de sal
• Unas gotas de colorante alimentario

Instrucciones:

1. Mezclar los ingredientes líquidos: En un cazo, añade los 3/4 de agua, las 3 cucharadas de zumo de limón y la cucharada de aceite vegetal y pon la mezcla a fuego bajo unos minutos. Añade también colorante alimentario, si deseas darle color.
2. Mezclar los ingredientes secos: En un bol grande, mezcla la taza de harina y el 1/4 de taza de sal. Asegúrate de que los ingredientes secos estén bien combinados.
3. Calentar la mezcla: A fuego lento, mezcla unos minutos la masa hasta que espese. No hace falta que se cueza mucho, luego ya irá cogiendo consistencia cuando se enfríe.
4. Retirar la masa: Una vez que la mezcla esté lo suficientemente fría como para manipularla, transfiérela en un papel de horno y amásala con las manos hasta que esté suave.
5. Lista para jugar: Cuando la masa esté fría del todo, ya se puede jugar con ella. Es un procedimiento muy sencillo y suele salir siempre bien a la primera.
6. Almacenamiento: Guarda la plastilina casera en bolsas de plástico herméticas o en recipientes con tapa para mantenerla suave y fresca. Se puede almacenar a temperatura ambiente, pero para una mayor duración, puedes guardarla en el refrigerador.

Consejos adicionales:

• Aroma: Si quieres darle un toque aromático a la plastilina, puedes agregar unas gotas de extracto de vainilla o algún aceite esencial seguro para niños junto con los ingredientes líquidos.
• Textura: La plastilina debe ser suave y maleable. Si encuentras que la textura no es la ideal, ajusta los ingredientes agregando más harina o agua según sea necesario.

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