Alta Demanda,  Educación Emocional

Bebés de alta demanda: ¿Cómo saber si mi hijo es hiperdemandante?

Bebés de alta demanda. Nos gusta poner nombre a todo, etiquetar a nuestros niños, y constantemente recibimos mensajes que nos dicen que no, que no es bueno etiquetar, que lo único que hace es llenarnos de prejuicios. Pero, en mi caso, cuando empecé a leer las características de los bebés de alta demanda, fue como si hubieran encendido una luz dentro de mi. Veía a mi hija reflejada en todos y cada uno de los puntos que describían a los niños hiperdemandantes. Me sentí aliviada. Respiré un poco. Y luego, os juro que pensé: mi hija no está enferma. Ni yo tampoco. Mi hija es una bebé de alta demanda, y habrá que aceptarlo. Así que a veces las etiquetas no son con ánimo de diferenciar o discriminar, sino al contrario: nos ayudan a entender el por qué de ciertos comportamientos, y a aprender estrategias para gestionarlos.

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Empecé a leer sobre el tema, para encontrar la mejor forma de cuidar a la hija que nos había tocado (lo digo con mucho amor, no la cambiaríamos por nada del mundo. De hecho, ¡nos ha enseñado tanto!). Recopilé ideas de muchos sitios, leí los foros, y ahora agradezco toda la información que encontré. Es por eso que me decidí a escribir este post, por si alguien cae por aquí y se puede sentir igual de identificada que lo hice yo, puede encontrar un poco de paz interior al darse cuenta de que su hijo/a es especial, pero no es único.

Bebés de alta demanda

Es importante saber que los bebés de alta demanda o hiperdemandantes son niños y niñas completamente normales. Se trata de una definición que cada vez está más extendida, por suerte, y que se conoce cada vez más, tanto entre padres y madres como en pediatría. No son bebés cuyos padres hayan actuado de forma incorrecta, o les hayan «mimado demasiado» como dicen algunas personas.

Voy a escribir los ítems que definen a los bebés de alta demanda, aunque tampoco hay que tomárselo al pie de la letra. Cada bebé es un mundo, y lo que puede parecer un/a niño/a de alta demanda puede que no lo sea, y al revés.

Características de los niños de alta demanda según Dr. Sears

El término Bebés de Alta Demanda fue acuñado por el pediatra americano Dr. Sears: “High needs baby”, traducido al español como Bebé de Alta Demanda o de Alta Necesidad. Podéis leer el artículo en inglés aquí.

1 – Intensos

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Son niños y niñas que se caracterizan por su alta intensidad. Ponen mucha más energía en todo lo que hacen. Si lloran, lo hacen fuerte y durante mucho rato, pero también se ríen a carcajadas, y protestan de forma muy notoria cuando sus demandas y necesidades no son satisfechas. Suelen mostrar su intensidad ya en el momento de nacer, porque lloran muy intensamente cuando se les separa de la madre, cuando se les deja en la cuna o cuando tienen hambre y no se actúa al momento. Son niños y niñas que lo sienten todo mucho más y de forma mucho más fuerte, por eso, reaccionan de forma más intensa si sienten que están hiriendo sus sentimientos.

Cuando son bebés de apenas semanas de vida, se caracterizan por tener constantemente los puños apretados, la espalda arqueada y los músculos tensos. Com mi hija pequeña, llegamos a preocuparnos por este hecho, pensando que quizás tenía alguna enfermedad que se nos estaba pasando por alto. Al final, llegamos a la conclusión de que «tenía mucho carácter ya de pequeña», como se suele decir.

2 – Hiperactivos y hipertónicos

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Ligado con lo anterior sobre el lenguaje corporal, el segundo ítem es la hiperactividad, que se vincula también con la hipertonía. La hipertonía es aquella situación en la que los músculos parecen estar mucho más tensos y rígidos de lo normal. Los bebés, ya de por si, tienen cierta hipetonía, pero en el caso de mi hija, parecía que estaba constantemente en tensión, en especial, cuando la cogía en brazos y lloraba por Dios sabe qué, y no quería ni tomar el pecho de tan enfadada que estaba. Intentamos el porteo con ella, pero el hecho de estar presionada en un espacio tan pequeño la agobiaba tanto que lloraba hasta ponerse roja, así que tuvimos que dejarlo.

En el caso de la hiperactividad, ésta se caracteriza por un alto nivel de actividad en los pequeños, con ansias de explorar y de querer conocer siempre más, moviéndose constantemente de un lado para otro de la casa. Aún así, la línea entre la hiperactividad y lo que sería normal en niños que están creciendo es muy fina, dado que todos los bebés mostraran ansias por moverse por los espacios y explorar, siempre y cuando sus necesidades primarias se vean cumplidas.

Podemos decir que los niños de alta demanda muestran también una alta actividad como característica en su forma de ser.

3 –  Absorbentes

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¿Cuantas veces habremos dicho en casa que nuestra hija nos absorbe la energía hasta límites insospechados? No sólo la energía, nuestra pequeña nos absorbe todo: nuestro tiempo, nuestra paciencia, nuestra motivación y nuestras ganas de hacer cosas como familia fuera del espacio seguro que es el hogar.

Los niños de alta demanda son absorbentes. Es quizás una de las características más claras. Quieren que les cojas al cuello constantemente, quieren tomar el pecho constantemente, lloran constantemente, necesitan contacto y mimos CONSTANTEMENTE. Cuando mi hija nació, el pequeño tenía solo tres años, pero aprendió a hacerlo todo él sólo, y lo aprendió a marchas forzadas, porque tenía a una pequeña koala pegada a mi las 24 horas del día. De día y de noche. De lunes a domingo. 24/7. No dejaba que nadie la tocara, no dejaba que nadie la bañara, la cambiara, le diera el biberón. Sólo yo. Y aprendí a funcionar con dos horas de sueño al día, con sólo la mitad del cuerpo disponible porque la otra la tenía a ella agarrada, y aprendí a sacar energía de donde ya no la había.

4 – Se alimentan (toman el pecho) muy a menudo

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Mi hija me pedía el pecho cada media hora. No duraba más de una hora sin engancharse a mi. Y yo lo permitía, porque era eso o escucharla llorar como una histérica durante media hora seguida (en el mejor de los casos). Era mi forma de «hacerla callar», y era su forma de sentirse segura. Al final me acostumbré a darle el pecho en todas partes. Hasta sentada en el suelo del Ikea. En un baño. De pie por la calle. Me daba igual, sólo quería no escuchar su llanto histérico.

Los bebés de alta demanda piden mucho el pecho, ya sea por hambre o por confort. Se estresan fácilmente, suelen tener una alta sensibilidad, así que todo les afecta de forma muy intensa y su manera de lidiar con ello es estar donde mejor pueden estar: en los brazos (o en el pecho) de mamá.

5 – Demandantes y exigentes

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Tienen urgencia para recibir aquello que demandan. Cuando necesitan algo, se aseguran de que lo sepas, y de que seas capaz de satisfacer sus demandas al instante. Esto hace que los padres se sientan manipulados, porque se ven con la urgencia de responder a las necesidades de los pequeños de forma instantánea. Algo que nos pasa con nuestra hija, es que no sabemos hasta qué punto darle lo que necesita, o decirle que no, y que erupcione el volcán. Porque el volcán erupciona, y la erupción puede durar hasta hora y media, si ella no obtiene lo que desea o necesita. Intentamos razonar con ella, pero en plena crisis, las palabras le entran por una oreja y le salen por la otra. Qué digo, no llegan ni a entrarle.

En estas ocasiones, te planteas qué es mejor: ceder y darle lo que pide para evitar la posterior erupción, o hacerle entender que esto no puede ser, y exponerte a una hora y media de llantos e histeria. Si hay algún/a psicólogo/a infantil en la sala, que me diga cómo proceder en estas ocasiones, se lo agradeceré.

6 – Se despiertan a menudo

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Decir «a menudo» es decir poco. Los despertares en los bebés son frecuentes cuando son muy pequeños. Algunos padres tienen más tolerancia y otros menos. A algunas personas, dos o tres despertares les molestarán mucho, y otros no empezarán a mosquearse hasta los seis o siete. Mi hija se despertaba cada 30-45 minutos, desde que nació hasta los dos años. Lo probé todo. Había noches que dormía, sumando los minutos, máximo una hora. Había noches (muchas) en las que me quedaba dormida sentada en el borde de la cama, con la niña encima de mis piernas, y mi cabeza colgando, o reposando la frente en la barandilla de la cuna, en la mejor de las ocasiones. Mi hija fue una tortura por las noches. Y éste fue el primer indicio de que quizás era de aquellas niñas a las que llaman «de alta demanda.»

No sólo las noches eran pesadas, los días también eran verdaderas torturas para conseguir que se durmiera. Su rutina normal era: la sacábamos de la cama sobre las 7 de la mañana, a las 9 dejaba al mayor al cole, ella se dormía después de pasear durante media hora, y aguantaba dormida 20 minutos. Se despertaba llorando a grito pelado por sueño, y al cabo de dos horas, conseguía que se durmiera otros 20 minutos más. Y así todo el día, hasta las 8 de la tarde. La poníamos a dormir (léase la tenía en el pecho y en los brazos una media hora hasta que la podía dejar en su cuna), y aguantaba un par de horas como máximo, hasta que empezaban los despertares cada 45 minutos.

Así aguantamos 24 meses. No sé cómo, pero lo hicimos. Y ahora parece que quede tan lejos…

7 – Insatisfechos

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Con los bebés de alta demanda, da la sensación de que por muchas cosas que hagas, nunca se darán por satisfechos. Te pide algo, se lo das, te pide otra cosa, se la das. Cuando le has dado de comer, le has cambiado el pañal, le has bañado, jugado, cantado, saltado, reído, hecho equilibros, malabares y todo lo que se te ocurre, todavía piden más. Entonces te quedas con la sensación de… ¿y ahora qué?

Esto hace que nos sintamos mal como padres, por vernos incapaces de satisfacer sus necesidades. Esto hace que nos cuestionemos nuestra validez. ¿Por qué lo estamos llevado tan mal? ¿Por qué otras familias pueden salir con sus hijos y nosotros ni llegamos a los sitios? Te planteas si eres tu, pero luego ves al mayor, y te das cuenta de que no ha salido tan mal a pesar de todo, y sabes que no eres del todo tu, sinó que es la mezcla de su carácter y nuestra crianza lo que hace que todo sea un poquitín más complicado.

8 – Impredecibles

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Con los niños de alta demanda, lo que funcionó ayer, no funcionará hoy. Lo que el otro día no funcionó, hoy puede que sí. Nunca sabemos cómo reaccionará nuestra hija, y las situaciones nuevas nos producen ya tanto estrés como a ella. No sabemos si querrá, por ejemplo, participar en un taller, o actuar en la función de Navidad de la escuela (cosa que, según ella, no le dio la gana hacer). Siempre estamos a la expectativa para ver cómo reaccionará, y cuando reacciona bien, nuestra emoción es máxima.

Hay días en los que temo ir a buscarla a la escuela, porque me da miedo que salga con el volcán a punto de erupcionar (debido a su estado de cansancio extremo a las cinco de la tarde después de todo el día en clase, y esto da para otro post), así que tengo que tener todo preparado para apaciguar sus ánimos. Sale con hambre, así que tengo la merienda lista. Sale con sed, agua. Sale con sueño, se termina por dormir en el coche. Pero yo siempre voy pensando cómo estará, con qué me saldrá, y si sale riendo es una maravilla, aunque también sé que puede que a los dos minutos esté llorando por cualquier cosa.

Imprecedible ella, e impredecibles nuestras reacciones. Hay que aprender tanto todavía…

9 – Hipersensibles

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Son niños que reaccionan muy fácilmente a los cambios y ruídos de su entorno, que lo perciben todo de una forma superior al resto, que se sobreestimulan muy rápido y que pronto reaccionan y se echan a llorar. Hay que ir con cuidado con lo que dices, y cómo lo dices. Cuando tu piensas que has hecho un simple comentario inocuo, a tu hija le ha afectado hasta lo profundo de su alma y se echa a llorar.

Los bebés de alta demanda prefieren un entorno seguro y conocido, y las rutinas les van muy bien. Mi hija tiene una necesidad extrema de hacer las cosas siempre igual, y cuando era pequeña quería la misma cuchara, el mismo babero, el mismo plato y ponerse en el mismo sitio. Necesita salir del coche de la misma forma, o que la duermas o la bañes igual que lo hiciste ayer. Con el paso del tiempo, esto queda menos acentuado, pero cuando era más pequeña, su necesidad de rutina era muy notoria.

Esta hipersensibilidad convierte a los niños de alta demanda en niños muy empáticos, que reaccionan cuando los demás lloran o se hacen daño, que cuidan, que curan, y que procuran que los otros estén bien. No todo es difícil o malo, la extrema empatía que tiene nuestra hija ya desde pequeña nos ha regalado momentos maravillosos, acercándose a nosotros para curarnos si nos quejamos de dolor, o abrazándonos cuando perdemos los nervios y lloramos a mares.

10 – Necesitan contacto contínuo

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Este punto está muy relacionado con el hecho de dormir mal, o de necesistar alimentarse constantemente. No se pueden dejar a los niños de alta demanda en las hamaquitas que tan bien funcionan con otros, no se pueden dejar en el cochecito, no se pueden dejar en el moisés, simplemente NO SE PUEDEN DEJAR. Tienen que estar en brazos todo el rato. Hasta por la noche. Recuerdo los dos primeros meses de mi hija: estaba todo el día enganchada al pecho. Media hora. Se dormía. Se despertaba. Lloraba. Otra vez al pecho. Se dormía. La intentaba dejar en su hamaquita, o en la cuna. Se despertaba y lloraba. La cogía otra vez. Y así, las 24 horas del día. Además, nuestra hija no se calmaba ni en los brazos de su padre o de la abuela. Sólo quería estar conmigo. Os podéis imaginar cómo fue el posparto.

Son bebés que, en general, prefieren ser porteados, porque tienen una necesidad extrema de contacto.

11 – No se calman por si solos

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Hay bebés que son capaces de calmarse y quedarse dormidos con el uso del chupete, o alguna melodía de fondo, o quizás con el tan famoso ruído blanco, pero los bebé de alta demanda no. Ellos necesitan interactuar con las personas, no con las cosas. Necesitan, por lo general, a su madre para que les ayude a tranquilizarse, necesitan a la madre cuando se hacen daño y necesitan a la madre para que les levante del suelo. Digo madre pero también podría ser padre, o un cuidador o una cuidadora muy cercanos a ellos. Les costará mucho aprender a calmarse y relajarse para dormirse solos, y mientras no lo sepan hacer, sus madres son los chupetes, la cuna y el cochecito todo a la vez.

Mi hija aprendió a dormirse con su frente pegada a mi antebrazo, porque se desenganchaba del pecho y se quedaba en esta posición hast que se dormía. Cuando empezó la escuela infantil a los cinco meses, la cuidadora se dio cuenta ella misma que para dormirla tenía que mecerla en brazos o presionarle la frente, porque así se acordaba de cuando estaba conmigo tomando el pecho. Le costó muchas, muchas horas poderla dormir; simplemente, los primeros días lloraba horas seguidas hasta caer exhausta. Pero al final, le cogió confianza a la cuidadora y aprendió a dormirse con ella. Pero siempre con la ayuda de un humano, nada de máquinas u objetos o sillitas que se balancean solas.

12 – Muy sensibles a la separación

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Relacionado con el punto anterior, los bebés de alta demanda prefieren el contacto humano, pero no el contacto de cualquier humano. Les cuesta horrores separarse de su madre (y de su padre, una vez ha aprendido que es su padre y le ha cogido confianza). Mi hija a los dos meses ya lloraba cuando alguien no conocido la tenía en brazos. Duraba dos segundos y se echaba a llorar desesperada, hasta que yo la cogía y se calmaba. Ni siquiera quería estar en brazos de mi madre, y eso que la veía cada día desde que nació.

Llevarla a la guardería fue un verdadero infierno. Aún con adaptación muy progresiva, le costó muchísimo coger confianza, hasta que finalmente llegó el día en que la dejamos y se lanzó a los brazos de su cuidadora. Ese día me fui llorando de allí, con un sentimiento de alivio que no os podéis imaginar. Rezaba cada día para que la pobre chica no se pusiera enferma, y la sustituyera otra persona, porque ese día sabía que sería un infierno para ella. También le costó la adaptación a P1, y la adaptación a P1 después de Navidad, y la adaptación a P2, y la adaptación a P2 después de Navidad, y la adaptación a P3. Ahora lo lleva mucho mejor (al fin y al cabo, lleva tres años en la misma escuela con las mismas maestras), pero el inicio de P3 también costó lo suyo. No es de aquellas niñas que se quedan tan felices y juegan y se olvidan de sus padres. ¿Es que acaso existen este tipo de niños? ¿Por qué no me tocó uno así?

En cierto punto, esta ansiedad de separación es normal, también la sienten los padres y madres que se separan de sus bebés aunque sea sólo unas horas. Así pues, ¿cómo no la va a sentir un bebé de apenas medio año de vida? Había mucha gente en mi entorno que decía que mi hija estaba demasiado pegada a mi, que no la había dejado ver mundo más allá de mi cuerpo, pero hice exactamente lo mismo con mi hijo mayor, y él ha crecido siendo una persona muy independiente.

¿Pero no son todos los bebés un poco así?

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En parte sí. Pero los bebés de alta demanda son así, con los rasgos muy acentuados.

Si no hubiera tenido a mi hijo mayor para comparar, habría pensado que estaba haciéndolo todo mal con mi hija, que la estaba protegiendo demasiado, que la estaba marcando para mal de por vida, pero al final aprendimos y aceptamos (y todavía estamos en el proceso) que nuestra hija es diferente, tiene su propio carácter (que es mucho y muy fuerte), y que hay que hacer las cosas diferente con ella. Hay una norma muy clara si dudas del hecho que tu hijo sea hiperdemandante: si dudas, probablemente no lo es. Los padres y madres de niños de alta demanda tienen muy claro que sus bebés no son como los demás.

Tenemos que tener mucho cuidado cuando decimos las cosas, cuando modificamos la rutina, cuando cambiamos las cosas de sitio, cuando ella tiene sueño o hambre o está de mal humor, pues la erupción del volcán está latiente y probablemente se dará en cualquier momento.

¿Qué pasa cuando los bebés de alta demanda crecen?

La conducta y todos los ítems mencionados anteriormente mejoran con el paso de los años: mi hija está suavizando algunos de sus comportamientos y, evidentemente, ya se separa de mi tranquilamente para ir al colegio, pero aún espera que sea yo quién le haga todas las cosas, y aún espera que sigamos los mismos rituales durante todo el día.

Lloran menos, puesto que aprenden a pedir las cosas hablando, pero las quejas y el llanto siguen ahí. Nosotros notamos un cambio cuando su lenguaje se desenvolupó (cosa que pasó muy pronto). Imagino que aprendió a hablar muy pronto debido a su necesidad de comunicar, y cuando lo hizo, se tranquilizó un poco. Aún así, con la edad llegan otras cosas, ya que quieren hacerlo todo por si sólos y se topan con muchos límites que los frustran todavía más. Este punto da para un post entero, que voy a hacer un día de estos.

Con ella, hemos aprendido muchas, muchísimas cosas, diferentes de las que me enseñan en la universidad. Hemos adquirido aprendizajes muy valiosos, nos hemos sacado un máster en psicología infantil, y cuando ella tiene un día bueno (una vez cada diez o quince días en el mejor de los casos), lo apreciamos hasta el infinito, mucho más de lo que apreciariamos su día tranquilo si éste fuera la norma.

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Hay que hablarle mucho, muchísimo, aunque creamos que no nos entienda, para que pueda poner palabras a lo que le pasa y a lo que siente. Hay que darle formas para que se exprese: a ella le encanta la plastilina, el modelaje, hacer formas, deshacerlas, hacer ver que prepara comida… También le gusta muchísimo la pintura. Cuando pinta con pinceles se puede pasar mucho rato concentradísima en el papel. Hay que ir encontrando las estrategias que pueden ayudarla a tranquilizarse o a expresar lo que está sintiendo.

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La crianza ya de por si no es fácil, no hay pautas ni manuales, y lo que funciona para algunas familias no funciona para las otras, así que cuando los niños son especiales, puedes llegar a ver la conducta más extrema en ti misma, y ver la peor versión de ti, aquella que jurarías que jamás sacarías si tuvieras hijos. Terminamos muchos días llorando, agotados en el sofá, perdidos, con mala conciencia por pensar que no hemos sabido gestionarlo. Yo me planteo un tercer hijo, pero la intensidad de nuestra hija nos echa para atrás nueve de las diez veces que mi instinto maternal sale a relucir. Es hablar de otro bebé, y mi hija coje el instinto maternal, lo patea, lo sacude y lo tira por la ventana.

También hay aspectos buenos

No todo son cosas malas, hay momentos geniales, su fuerte carácter hace que sea fuerte en muchos otros ámbitos, y cuando está contenta, está extremadamente contenta, le da por hacer payasadas y reír y reír y reír con su hermano hasta no poder más. Hay días buenos, y muy bonitos, y momentos especiales, que son los que hay que dejar grabados a fuego en nuestra piel, así que vamos a ir a por estos preciosos momentos y ponerlos como meta cada mañana cuando nos levantemos.

Y si alguien ha tenido la maravillosa suerte de tener un bebé de alta demanda y quiere hablar, aquí estoy.

Bebes de alta demanda - como saber si mi hijo es hiperdemandante

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Lou, mamá de 3, maestra de infantil.

24 Comments

    • Lou

      La hipersensibilidad también es complicada de tratar, verdad? Un carácter extra sensible dificulta mucho la crianza también, pero a mi parecer, la hipersensibilidad también es un don. 🙂

  • Lucia

    Hola ! Me ha encantado leer tu Post . Mi hija de 18 meses también es de alta demanda y todo ha sido muy duro, sobre todo al principio. Nos ha aislado socialmente y casi tocado como pareja . Pero poco a poco la situación va despegando y me siento tan orgullosa de ella y de sus aváncese ! Es demandante y tiene su carácter pero va madurando. El sueño sigue siendo su talón de Aquiles y que no sabe entretenerse sola pero imagino que todo evolucionará. Gracias por escribir. Veo a mi hija en el futuro a través de tu pequeña .Un saludo

    • Lou

      Gracias por el comentario! Me alegra que te haya gustado. La crianza de alta demanda es muy complicada, pero aprendemos tanto! Y cuando miramos hacia atrás vemos todo lo que hemos evolucionado, y nos podemos sentir orgullosas. Mi hija no regularizó el sueño hasta los 24-25 meses, más o menos. Dale un poquitín de tiempo y seguro que mejora. ¡Mucho ánimo! Podéis con todo, seguro. Saludos. 🙂

  • Soulmate

    No conocíamos de este etrmino de bebes de alta demanda y la verdad que va super bien esta información que nos muestras para la gente que tiene un peque en casa o va a tenerlo pronto y ver estos sintomas que nos muestras ara poder verlo con antelación y actuar. Una información muy importante!

  • 30 y... y mamá

    Yo creo que los niños son como los hacemos y si los sobreprotegemos mucho y estamos muy encima ellos es lo que querrán siempre y cada vez nos reclamarán más. Sinceramente creo que tampoco es no estar tan encima pero tampoco es bueno darle todo vuelto demandan porque a la larga y aunque indicas que con los años se suaviza, yo creo que permitir que nos demanden tanto y estar tan pendiente y encima será negativo para ellos y los hará siempre niños dependientes y poco autónomos

    • Lou

      Es cierto lo que dices, prácticamente desde que nació intentamos hacerle entender que no puede tenerlo todo. Tiene un carácter difícil, con todos sus rasgos de personalidad muy acentuados, pero con el tiempo va creciendo y va entendiendo que en este mundo no todo se puede tener, y que a veces mamá no puede atenderla porque tiene que hacer otras cosas. Pero créeme, es muy complicado cuando tienes una niña que desde el día que nació llora 24 horas al día. Un saludo.

    • Lou

      Ah, y me olvidé: yo no creo que los niños no sean como los haces, nacen con personalidad propia. Sí que esta se puede moldear, los niños se crían según las familias y sus creencias, y la escuela tiene gran parte de importancia en el proceso, pero la personalidad es un rasgo bastante determinante en cada individuo, y cuesta mantenerlo al margen de la crianza. Esa es mi humilde opinión, por supuesto. 🙂 Un saludo.

      • Helena

        Maravilloso post! Mi hija de 4años es alta demanda y PAS. Desde luego que estas “etiquetas” en mi caso también me ha ayudado a poder entenderla y manejarla mejor. Lo de tener un día bueno muy de vez en cuando me ha resonado muuuucho! Gracias

  • Beatriz

    Guau! Que publicación más interesante! Yo tengo suerte y ninguno de mis hijos parecen ser o haber sido bebes de alta demanda (menos mal jeje)
    Os mando mucha energía a las que tenéis uno así y mucha paciencia 😜

  • Daniela

    Que interesante saber más sobre los bebés de alta demanda. Tengo una amiga que su hijo es así y le ayudó mucho saberlo para ayudar a su peque en el colegio y sus relaciones con otros.

  • Marah

    Hola, no conocía sobre los bebés de alta demanda, estoy muy familiarizada con la hiperactividad porque la niña de una amiga fué diagnosticada con ella, entonces me mantengo muy al tanto del tema, sobre todo porque convivo mucho con ella para saber tratarla, sin embargo; no sabía que también está relacionado con este tipo de niños, me parece súper bien que lo manejes como experiencia propia y compartas con los demás, así podemos estar seguros y confiar en tu información que nos es de muchísima ayuda. Gracias por compartir.

  • Priscil·la

    No tenía ni idea de que existían bebés de alta demanda. Es cierto que todos los bebés son un poco así, pero cuando el caso es más extremo imagino que todo se hace más complicado. Menos mal que con el paso de los años se van centrando. ¡un besito!

  • dietogades

    Me ha parecido muy interesante esta entrada puesto que nos muestras unas características que muchas veces los padre nos volvemos locos y no sabemos el por qué. Enhorabuena por tan excelente trabajo.

  • sandra moreno cumbraos

    Me ha gustado mucho el post porque no conocía el termino alta demanda, por lo que veo es como una hiperactividad, mi sobrino es hiperactivo y tienen una sensibilidad muy especial necesitan mas cuidados. Gracias por explicárnoslo tan bien.

  • Carla Montenegro

    Muy cierto que hay niños que necesitan más demanda que otros como también están los que prefieren hacer todo solos. Mi hijo es un niño demandante y pudimos adaptarnos y ayudarlo. No es simplemente dar un poco más de atención que lo normal.

  • Paula Alittlepieceofme

    Reconozco que me he estresado solo de leerte, no me imagino lo que debe ser estar en tu piel, no creo que lo soportase. Tampoco imaginaba que los bebés podían tener una personalidad tan acentuada como los de alta demanda. Un post muy completo, saludos!

  • María Sánchez Fabián

    ¡Hola! Me ha gustado mucho leer este artículo sobres los bebés de alta demanda porque había leído sobre el tema pero siempre se puede seguir aprendiendo más y más. No tengo hijos pero lo tendré muy en cuenta para cuando llegue el día. Gracias por toda la información. Saludos.

  • Yubitzay Borges

    Gracias por este artículo buscaré más sobre el tema porque mucho de las características es la que ha presentado mi hijo desde pequeño es bueno saber todo esto

  • Vera

    Me ha emocionado mucho esta publicación, mi hija de 26 meses es alta demanda de libro… pero estoy viendo que estar presente, no negarle sus necesidades, está haciendo de ella una niña extraordinaria. Aunque siga siendo “intensa” durante muchos años o quizás toda la vida… como yo!

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