Felices cinco años, pequeño gran superhéroe
Han pasado doce meses y te has convertido en un niño grande. Has aprendido a nadar, a leer y a razonar con más lógica y sentido común que algunos adultos que conozco. Me sorprende tu coherencia y tus respuestas inesperadas, y me gusta que mantengas tu inagotable energía y tu terquedad. Te conocí a las cinco de la madrugada de hace ya cinco años. A veces te miro y no recuerdo cómo eras cuando tenías diez días de vida, o tres meses, o seis, o un año y medio. Me da miedo olvidar, y por eso escribo. Por eso fotografío. Por eso, para tu aniversario, me gusta recordar cómo eres y cuantas cosas has aprendido.
Eres un niño grande, prudente y poco temerario, que prefiere observar y después actuar. Te gusta bailar, te gusta la música, te gustan los superhéroes y los libros. ¡Ya sabes leer! Es increíble.
Eres un niño grande, con ganas infinitas de explorar, de conocer, de descubrir, lleno de preguntas para las cuales a menudo no tengo respuesta. Eres un niño grande con un corazón noble y mucha, mucha energía.
Me desafías cuando crees que no tengo razón, y eso me gusta. No te dejas convencer tan fácilmente como hace un año, y eso me demuestra que te haces mayor, que tienes ideas propias sobre la vida que te rodea, que tienes tus prioridades y que tus preferencias se están haciendo notar. Todo esto me demuestra que tu y yo no somos la misma persona, y eso es bueno. Es bueno, pero me cuesta de aceptar.
Eres un niño grande, pero siempre serás mi pequeño, mi bebé grande, aunque me respondas una y otra vez que ya no eres un bebé, que cumplirás cinco años y que irás a P5, y que serás el mayor de todo el ciclo de educació infantil. El más grande de todos los pequeños. De los peques de la clase, pero el más alto de todos. Mi pequeño bebé, ahora y hace cinco años, y siempre.
Per molts, molts (un milió!) d’anys més, Èric! El meu petit gran superheroi. No canviïs mai, perquè ets tu, tal com ets, i no podries ser millor.